¿A
vosotros no os pasa que en ocasiones veis muertos? Unos muertos incorpóreos, incomprensibles
y débiles pero que aun así os dan miedo. Pues eso. Llevo unos días que no hago
otra cosa que ver muertos. Sé que no me pueden hacer nada y que no pueden
interactuar conmigo, pero me ponen muy nervioso.
Te
acuerdas de esas noches en que tenías miedo y mirabas debajo de la cama para
ver si había alguien (por cierto, no era muy inteligente por nuestra parte
mirar) y que luego te protegías tapándote entero con la sábana (porque todo el
mundo sabe que las sábanas son antibalas, ja), pues así me encuentro yo desde
hace unos diítas, trabajo, reuniones, vida familiar, carreras, etc. Y si me
preguntáis que ocurre la respuesta es NADA. Pero sin embargo tengo unas
hormiguitas que me recorren el estómago de noche y de día.
Puede
ser la llegada del verano, el principio de las vacaciones que espero con
delirio, que me encuentro en esos días en que me pregunto a qué huelen las
nubes o nada de lo anterior, pero lo cierto es que me encuentro nervioso e
intranquilo y que lo único que me ayuda a relajarme es salir a correr.
¡Cúanta
razón tiene Chema Martínez cuando dice “No pienses corre”!
SUAF.
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