domingo, 17 de mayo de 2015

ELOGIO DE LA CALIGRAFÍA.





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¡Cuántas horas hemos pasado haciendo caligrafía!¡Qué tiempos aquellos!

Efectivamente, la caligrafía evoca tiempos remotos que no volverán y que la tecnología parece que está a punto de hacer que pasen a mejor vida. Soy un nostálgico, ¡Qué le vamos a hacer!

Quiero desde aquí reivindicar esa denostada disciplina que hoy en día no tiene ningún reconocimiento dado que puedo cambiar la fuente de todo un documento en un segundo. Pero si lo vemos con perspectiva, parece que esa disciplina que hacía que pasáramos horas y horas aburridos, repasando aquellas letras punteadas y que debíamos reseguir, tenía muchos más beneficios ocultos.

Hacer caligrafía exigía unos útiles indispensables dependiendo de la edad, en un primer momento el lápiz, el sacapuntas y la goma de borrar eran imprescindibles. Ellos eran los que realmente nos enseñaban los rudimentos de la escritura, hacía que estuviésemos sentados, repasando tediosamente esas palabras punteadas hasta que la señorita (de la que estábamos locamente enamorados) decidía que podíamos dar el salto a..., solo el pensarlo hace que me salten las lágrimas,... a la tinta. Eso implicaba que ya éramos grandres.

La tinta, personificada en la pluma o el bolígrafo, exigía una gran concentración. Era un férreo sargento que no permitía el más mínimo error; cualquier despiste implicaba más tiempo copiando cuando el resto de nuestros compañeros ya habían salido al patio o simplemente pintaban esa maravilla que era el "dibujo libre". 

Resulta que ese tiempo escribiendo aburrida y tediosamente tenía unos beneficios que hasta que no hemos eliminado dicha disciplina no han aparecido. Estabamos horas sentados escribiendo y reescribiendo frases con una mayor o menor carga educativa. Pero nos estaba rescatando de una hiperactividad que hoy en día es la reina de los centros educativos y que convierte a nuestros educandos en futuros drogadictos dependientes de fármacos como CONCERTA o derivados. 
De la misma manera era el fármaco perfecto para el Déficit de Atención, pues si no prestabas el interés necesario o tu mente volaba tan lejos que hacía que cometieses ese error, eso conllevaba una repetición no sólo de la palabra o de la línea sino de toda la secuencia. 

¿Qué conclusión debemos extraer de todo ello? La conclusión no es otra que constatar que el éxito es consecuencia de la constancia y de la insistencia. Como en todo.




2 comentarios:

  1. Bienvenido al maravilloso mundo de los blogs.

    Seguro que aporta(s) mucho y yo estaré ahí para verlo.

    :)

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    1. Gracias por tus ánimos y tu fidelidad. Espero no decepcionar tus expectativas. ;*

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